martes, 25 de marzo de 2008

Maravillas de un mundo vacio

Olas en un mar de arena, esqueletos vegetales, o testigos del tiempo. Paisajes fascinantes, temperaturas extremas y una ausencia casi total de agua son el denominador común de todos los desiertos del planeta. Pero la diversidad geológica y biológica también existe en estos ecosistemas áridos, en apariencia sin vida. Animales, plantas y hombres han aprendido a adaptarse a las inmisericordes condiciones de vida de estas tierras incandescentes, formadas por la descomposición de las rocas y la erosión.Sobre la piedra arenisca rojiza se perfilan los contornos descoloridos de diversas figuras.
En las imágenes se reconocen representaciones esquemáticas de animales –jirafas, un perro, un avestruz– y también de hombres moviéndose y en grupo. A ellos se suman unos trazos de seres humanos más pequeños en posturas sorprendentes: el cuerpo en posición horizontal, los brazos y las piernas extendidos como si fl otaran en una materia de consistencia invisible.

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